Dr. José Rodrigo García
Los deportes de alto impacto pueden tener efectos significativos en nuestras articulaciones. La repetición constante de movimientos y la aplicación de fuerza generan un desgaste gradual en los cartílagos y las estructuras articulares. Esto puede conducir a problemas como la artrosis, una enfermedad degenerativa que afecta el cartílago articular y causa dolor, rigidez y limitación en el movimiento.
Las rodillas son especialmente vulnerables en los deportes de alto impacto. Los saltos, los aterrizajes bruscos y los movimientos laterales pueden causar lesiones en los ligamentos y los meniscos.
Del mismo modo, los tobillos son propensos a torceduras y esguinces debido a los cambios rápidos de dirección y los impactos directos.
Es importante destacar que el impacto en las articulaciones puede variar según la técnica y la forma física del individuo. Aquellos que practican deportes de alto impacto de manera incorrecta o sin el debido calentamiento y fortalecimiento muscular pueden tener un mayor riesgo de lesiones articulares.
Además, factores como la edad, el peso corporal y las condiciones preexistentes, como la predisposición genética o las lesiones anteriores, también pueden influir en la susceptibilidad a los efectos negativos en las articulaciones.
A pesar de los posibles efectos adversos en las articulaciones, no se debe descartar la práctica de deportes de alto impacto. Estos deportes ofrecen numerosos beneficios para la salud, como el fortalecimiento muscular, el desarrollo de habilidades motoras y la mejora de la resistencia cardiovascular. Sin embargo, es fundamental tomar precauciones y adoptar medidas para minimizar el impacto en las articulaciones y prevenir lesiones.
Recomendaciones a tener en cuenta a la hora de practicar deportes de alto impacto
Algunas recomendaciones importantes incluyen realizar un calentamiento adecuado antes de cada sesión de entrenamiento o competencia, así como enfriamientos y estiramientos adecuados después de la actividad física.
Además, es fundamental utilizar el equipo de protección adecuado, como rodilleras, tobilleras o coderas, según corresponda al deporte practicado.
También es recomendable mantener una buena técnica y postura durante la práctica deportiva, y realizar ejercicios de fortalecimiento y estabilidad muscular para apoyar y proteger las articulaciones.
Y siempre recibir la asesoría de un especialista; principalmente si se trata de una rehabilitación