ANABÓLICOS ESTEROIDES ANDROGÉNICOS

ANABÓLICOS ESTEROIDES ANDROGÉNICOS

Por José Rodrigo García

Director de la Universidad del Deporte

 

Esteroides anabólicos es el nombre familiar para las variantes sintéticas de la testosterona; que es la hormona sexual masculina.

El término anabólico se refiere al crecimiento muscular que esas sustancias promueven, mientras que androgénico se refiere al aumento en las características sexuales masculinas.

Los esteroides anabólicos se pueden recetar legalmente para el tratamiento de afecciones médicas que resulten por deficiencia de la hormona esteroide, como cuando hay un retraso en la pubertad. También se prescriben para tratar enfermedades que resultan en la pérdida de la masa muscular magra, como el cáncer o el SIDA. Sin embargo, muchos atletas, culturistas, luchadores, jugadores de futbol americano, rugby, y otros, utilizan estas sustancias en un intento por mejorar su rendimiento o su apariencia física.

El uso y abuso de los esteroides anabólicos androgénicos se ha convertido en un fenómeno psico-social a escala mundial en el que México encabeza la lista.

México no es solo el primer productor, sino el mayor consumidor de EAA en el mundo. No solo atletas profesionales, sino deportistas de cualquier nivel; pero también: modelos, actores, cantantes y gente común de todas las edades y condiciones sociales. Es tan fácil conseguirlos que cualquiera los utiliza, incluso menores de edad. El consumo empieza ahora a los 13-14 años.

Para promover el anabolismo, nuestro cuerpo debe echar mano de agentes anabólicos; es decir, sustancias o material para promover el anabolismo ya sea endógena o exógenamente, en este caso se utilizan los esteroides anabólicos androgénicos.

La Testosterona es la hormona más representativa e importante del sexo masculino, conocida también como andrógeno. El cuerpo utiliza el colesterol como base para el desarrollo de esta hormona.

Los andrógenos son producidos por las células de Leydig en las gónadas (testículo y ovarios). El producto final es la Testosterona, la cual tiene tres funciones primordiales en nuestro organismo.

Favorece el desarrollo de las características sexuales masculinas; pero las secundarias, entre las más importantes se encuentran: incremento del vello facial y corporal, engrosamiento de la voz, incremento de las glándulas sebáceas, agresividad, conducta sexual, la libido y desarrollo del pene y los testículos mismos. Estos aspectos también se llaman funciones androgénicas de la testosterona. Se puede decir que los hombres se diferencian de las mujeres principalmente por la cantidad de testosterona que producen diariamente. El hombre produce en promedio, entre 4 y 10 mg diarios; mientras que la mujer produce solo, de 0.15 a 0.40 mg al día.

Promueve la biosíntesis de proteínas. Las características altamente anabólicas de la testosterona son las responsables de este proceso. Aceleran la construcción del tejido muscular, incrementan la formación de las células rojas o eritrocitos; aceleran la regeneración y ayudan a la recuperación del cuerpo después de lesiones o enfermedades. Todo el metabolismo es estimulado y la pérdida de grasa corporal es activada.

Inhibe el ciclo regulador de las gónadas. Esto incluye el Eje testicular Hipotálamo-Hipofisario, que regula la cantidad de testosterona producida por el organismo. Por ejemplo, si la concentración de testosterona en la sangre es muy alta, los testículos envían una señal al hipotálamo para producir menos hormona liberadora de hormona luteinizante; de este modo, la Hipófisis produce menos gonadotropina y en consecuencia las células de Leydig reducen la producción de testosterona en los testículos.

Este sistema coordina otras funciones como cambios de adaptación al estrés, lactancia, liberación de hormonas tiroideas o la cantidad de agua excretada por el riñón. Es un proceso de retroalimentación de los productos finales generados en el tejido diana de cada una de las hormonas hipofisiarias, a través de ritmos pulsátiles circadianos o por influencia del sistema nervioso central.

La misma testosterona se utiliza como parámetro para clasificar un esteroide como anabólico o como androgénico: Los esteroides que son menos androgénicos que la testosterona son llamados: esteroides anabólicos, mientras que los esteroides que son igual o más androgénicos que la testosterona son llamados: esteroides androgénicos.

Los esteroides son inyectados intramuscularmente o tomados en forma oral.

Cuando son inyectados, la sustancia entra directamente al torrente sanguíneo, mientras que las tabletas alcanzan el hígado a través del tracto gastrointestinal. Aquí la sustancia, es destruida completa o parcialmente o enviada al torrente sanguíneo en su forma original.

El esteroide administrado esta ahora presente en la sangre en forma de numerosas moléculas esteroideas, las cuales se mueven por todo el cuerpo a través de la circulación, cada molécula esteroidea contiene cierto mensaje o información, la cual trata de transmitir a las células específicas del cuerpo. Las células designadas para este propósito poseen varios tipos de “receptores” en sus membranas, una de estas es un receptor esteroideo, el cual; por ejemplo, está presente en grandes cantidades en la célula muscular.

Los esteroides androgénicos no solo son los más efectivos, también son los más peligrosos, por lo tanto: “entre más efectivo sea un esteroide, más androgénica es la sustancia, y por consecuencia es más peligrosa para el organismo”.

El complejo formado por receptor y molécula esteroidea, viajan al núcleo de la célula donde se unen a ciertas secuencias sobre secciones del ácido nucleico del ADN, allí toma lugar la trascripción del mensaje y es donde una plantilla del ADN es fabricada.

Después, el ácido ribonucleico mensajero, abandona el núcleo celular y se une con ARN en el citoplasma, donde una incrementada síntesis protéica se lleva a cabo. Cuando se combina con un intenso entrenamiento; especialmente de fuerza, ocurre un incremento en el diámetro de la célula muscular.

Después de que el complejo receptor ha hecho su trabajo en el núcleo celular, la molécula esteroidea regresa a la sangre y puede, o ser usada brevemente para el mismo propósito, o ser cambiada a una molécula más débil o inefectiva, y si eso sucede, es excretada a través de la orina.

Aparte de lo anterior, también se produce un aumento en la síntesis de fosfocreatina; un compuesto nitrogenado esencial para la formación de ATP; una fuente básica de energía que permite la contracción muscular. Cuanto mayores sean las reservas de fosfocreatina, mayor será la cantidad de energía disponible para el entrenamiento y más rápida será la recuperación, con lo cual podremos elevar la intensidad y duración del mismo.

También se produce un significativo aumento del volumen sanguíneo que puede llegar hasta el 20%, lo que permite un mayor aporte de nutrimentos y elementos reparadores durante el reposo.

Otros efectos benéficos para el deportista de fuerza son: un aumento en la retención de nitrógeno; produciéndose lo que se llama un “balance positivo de nitrógeno”, que es sinónimo de crecimiento muscular. Un aumento de las reservas energéticas en forma de glucógeno, una auténtica reserva de energía esencial para el desarrollo de actividades que exigen grandes esfuerzos de corta duración; una disminución de los procesos catabólicos que son consecuencia de la hormona cortisol y que el cuerpo produce de forma natural para mantener el equilibrio celular. Ello se traduce en un estado anabólico aumentado y, en consecuencia, se potencia el crecimiento muscular o hipertrofia.

Los esteroides son derivados del núcleo del ciclo pentanoperhidrofenantreno o esterano, que se compone de carbono e hidrógeno, formando cuatro anillos fusionados, tres hexagonales y uno pentagonal; posee 17 átomos de carbono.

El núcleo del esteroide es bastante rígido con una estructura prácticamente plana.

Las sustancias derivadas de este núcleo poseen grupos metilo en las posiciones 10 y 13, que representan los carbonos 18 y 19, así como un carbonilo o un hidroxilo en el carbono 3; generalmente existe también una cadena hidrocarbonada lateral en el carbono 17; la longitud de dicha cadena y la presencia de metilos, hidroxilos o carbonilos determinan las diferentes estructuras de estas sustancias. Es decir, la potencia y vida útil de un esteroide depende del largo de esta cadena.

Las hormonas esteroides naturales son generalmente sintetizadas a partir del colesterol en las gónadas y glándula suprarrenales.

El colesterol es un esterol o lípido, que se encuentra en los tejidos corporales y en el plasma sanguíneo de los vertebrados. Pese a que las cifras elevadas de colesterol en la sangre tienen consecuencias perjudiciales para la salud, es una sustancia esencial para crear la membrana plasmática que regula la entrada y salida de sustancias en la célula.

En el 1935 se documentó lo que por mucho tiempo se había sospechado: que los esteroides anabólico-androgénicos tenían un efecto positivo en el anabolismo de las proteínas; este efecto fue confirmado posteriormente.

Además, se descubrió que los esteroides sintéticos cuentan con mayores propiedades anabólicas que la testosterona natural, pero con un efecto virilizante menor. Los atletas comenzaron a utilizar esteroides anabólico-androgénicos al principio de la década de los 50´s y con el pasar de los años esta práctica ha ido en aumento, a pesar de las advertencias acerca de las posibles reacciones adversas y la prohibición de estas sustancias por parte de las organizaciones deportivas.

Los esteroides anabólicos son capaces de acelerar la formación y renovación de células, fibras, tejidos y hasta órganos, optimizando los procesos anabólicos. Se asocia con la construcción de músculo, el crecimiento óseo y el aumento de la producción de células rojas en la sangre.

Los esteroides anabólicos trabajan de una manera similar para inducir el crecimiento muscular. Sin embargo, junto con el efecto de construcción del músculo, se observan también otras influencias sobre el cuerpo en general. Estos, incluyen cambios en la apariencia física, el aumento de grasitud en la piel y otros efectos asociados.

La presencia de efectos adversos está fuertemente relacionada con la formación de metabolitos producidos durante las transformaciones que sufre la testosterona en plasma, además de esto, los andrógenos anabólicos causan graves efectos en la vida sexual de los usuarios.

Según datos recabados por la Organización Mundial de la Salud, varias de las personas que fueron sometidas a estudios y que utilizaban esteroides mostraron distintos signos que iban desde leves hasta graves, en función a la cantidad de testosterona consumida y la aromatización de esta.  Entre esas transformaciones predominan la formación de dihidrotestosterona y estrógenos.

La formación de dihidrotestosetrona se conoce como reducción y en esta reacción interviene la enzima denominada 5 alfa-reductasa. La dihidrotestosterona es el metabolito considerado como responsable de la hipertrofia prostática benigna, alopecia, formación de acné y agresividad. La formación de estrógenos se conoce como aromatización y en ella interviene la enzima denominada aromatasa que convierte la testosterona en estradiol.

Siendo esto una conversión de andrógenos, entre más androgénica sea una sustancia más aromatización se llevará a cabo, y, por tanto, más producción estrogénica.

 

Continuará…

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