LOS PROBIÓTICOS Y PREBIÓTICOS AYUDAN A FRENAR LA ADICCIÓN AL ALCOHOL
El consumo adictivo de alcohol tiene efectos nefastos en el organismo y es más habitual de lo que creemos.
Es una droga legal cuyo consumo está excesivamente normalizado, por lo que las conductas adictivas no hacen saltar las señales de alarma como ocurre con otras drogas.
Ahora, una dieta rica en probióticos y prebióticos puede ayudar a frenar el consumo adictivo de alcohol y, en consecuencia, sus efectos perjudiciales para la salud.
Parece ser que una microbiota sana provoca cambios en determinados neurotransmisores del cerebro que previenen ese consumo peligroso de alcohol.
BACTERIAS PROTECTORAS
Los resultados de las pruebas demuestran que las personas que habían recibido en su alimentación prebióticos y probióticos presentaban una escalada menor en el consumo de alcohol.
Además, la recaída después de la interrupción de la ingesta de alcohol también era menor.
FRENAR LA ADICCIÓN
Los investigadores comprobaron que las personas que habían reforzado su microbiota intestinal sufrían menos depresión, ansiedad y alteraciones en la memoria, que son conductas asociadas a la adicción al alcohol.
Finalmente, se midieron neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y la noradrenalina en el cerebro de las personas, comprobando cómo en la corteza prefrontal y en el hipocampo (áreas relacionadas con las conductas adictivas, la depresión, la ansiedad y la memoria), sus niveles se ven afectados de forma diferente en función del estado de la microbiota intestinal.
EL SIMBIÓTICO NO ES UNA PASTILLA MÁGICA
Una dieta rica en prebióticos y probióticos no es una pastilla mágica contra la posibilidad de sufrir una conducta adictiva. De hecho, el consumo de alcohol provoca un desequilibrio en los microorganismos que habitan en el intestino.
Por lo tanto, si modulamos la microbiota intestinal, los cambios se pueden ver reflejados a nivel cerebral a medio y largo plazo. Pero en ningún caso se puede considerar el simbiótico una especie de pastilla del día después para conductas adictivas.
Cabe recordar, si hablamos de órganos como el cerebro, que no hay un consumo seguro de alcohol. Un estudio de la Universidad de Oxford revela que el alcohol, por poco que sea, afecta a la materia gris y a la sustancia blanca del cerebro. El estudio concluye que cuanto más alcohol se consume, menor es el volumen del cerebro.