NINGUNA CANTIDAD DE ALCOHOL ES BUENA PARA EL CORAZÓN
Aquello de que tomar un poquito de alcohol es bueno para disminuir el riesgo de enfermedades del corazón, se desmiente de nuevo, esta vez con un informe de la Federación Mundial del Corazón.
No existe ninguna cantidad de alcohol que pueda tener efectos beneficiosos para la salud de nuestro corazón. Así lo afirma la Federación Mundial del Corazón (WHF, por sus siglas en inglés) en un nuevo informe en el que urge a tomar medidas para abordar el aumento de problemas de salud relacionados con la ingesta de alcohol a nivel mundial.
ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES Y ALCOHOL
La WHF es una organización que agrupa a sociedades de cardiología de diversos países y trabaja para reducir las enfermedades cardiovasculares en todo en mundo, que cada año se cobran la vida de 18,5 millones de personas.
Recientemente han publicado el informe “El impacto del consumo de alcohol en la salud cardiovascular: mitos y medidas”, que resume la evidencia disponible sobre el impacto negativo del alcohol en la salud cardiovascular.
“En las últimas décadas, la prevalencia de enfermedades cardiovasculares casi se ha duplicado, y el alcohol ha jugado un papel importante en la incidencia de gran parte de ellas”, aseguran.
- Solo en 2019 se notificaron 500 millones de casos de enfermedad cardiovascular.
- Es la principal causa de mortalidad y discapacidad a nivel mundial.
“La representación del alcohol como algo necesario para una vida social vibrante ha desviado la atención de los daños de su consumo, al igual que lo han hecho las afirmaciones frecuentes y ampliamente difundidas de que beber con moderación, como una copa de vino tinto al día, puede ofrecer protección contra las enfermedades cardiovasculares”.
¿UNA COPITA DE VINO?
Desde hace tiempo, existe la idea generalizada de que tomar pequeñas cantidades de alcohol (por ejemplo, una copita de vino durante las comidas) puede ayudar a disminuir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, de acuerdo con la WHF, esto se basa en los resultados de estudios observacionales (es decir, de carácter estadístico y demográfico), que no tienen en cuenta factores como las enfermedades preexistentes o los antecedentes de alcoholismo de las personas consideradas abstemias en el momento del estudio.
La evidencia científica, por el contrario, demuestra que incluso pequeñas cantidades de alcohol pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular, incluida la enfermedad coronaria, el ictus, la insuficiencia cardíaca, la enfermedad cardíaca hipertensiva, la miocardiopatía, la fibrilación auricular y el aneurisma.