MALOS HÁBITOS QUE DESGASTAN TU SALUD
Los malos hábitos para la salud son un continuo en el día a día de la mayoría de las personas. Nos encontramos en un momento en el que apenas hay descansos y en el que todo se quiere para ese mismo instante, sin pensar en la calidad de lo que hacemos ni en lo que realmente necesita nuestro cuerpo. De este modo, no nos alimentamos como debemos, no practicamos el ejercicio adecuado y no nos centramos realmente en lo que es saludable para nuestro organismo. Por ello, en ocasiones nuestro ritmo de vida nos perjudica.
¿Cómo evitar los malos hábitos para la salud?
Evitar los malos hábitos para la salud es más fácil de lo que pensamos. Ahora, es aconsejable reconducir las rutinas con ayuda de un profesional que nos indique qué debemos hacer y qué no. Asimismo, nunca hay que olvidar factores como la alimentación, que es difícil programar.
El estrés
Cada vez se hace más protagonista en nuestras vidas. Se trata de una respuesta adaptativa que provoca en el cuerpo reacciones concretas como si se encontrara en una situación de peligro. Sin embargo, si esta sensación se mantiene a lo largo del tiempo, es posible que tenga lugar un sentimiento de angustia y ansiedad desmesurados. Estas emociones provocan que una persona no sea capaz de centrarse en tareas rutinarias. De esta forma, son muchas las personas que sufren estrés y que llegan a sentir serias repercusiones tanto a nivel físico como mental. De este modo, aparece el nerviosismo, el insomnio, las alteraciones en la piel, las contracturas musculares, el mal humor e, incluso, la depresión.
La comida rápida
La comida rápida se ha convertido en una gran protagonista en nuestra alimentación. Se trata de productos “deliciosos” que, además, se venden ya preparados y que, normalmente son bastante económicos. ¿Quién quiere cocinar verduras en casa cuando podemos obtener una hamburguesa en cuestión de minutos? Sin embargo, nuestro cuerpo sufre mucho ante este tipo de comidas. Por ello, se trata de disfrutar de ellas, pero no de manera constante.
El sedentarismo
Si ya de por sí es agotador tener que hacer frente al trabajo y, después, realizar las tareas de la casa ¿Cómo vamos a tener ganas de salir a correr o ir al gimnasio de manera constante? Sin embargo, hay que esforzarse por realizar ejercicio físico, al menos, tres días por semana. Puede parecer un hecho muy exigente, pero preparar al cuerpo mediante el deporte nos hace sentir más sanos tanto por fuera como por dentro. Así, nuestros músculos se verán mejor, al igual que nuestro humor.
Dormir poco
Tener tantas tareas a veces nos obliga a reducir nuestras horas de sueño. Es más, el cansancio y las preocupaciones provocan que nos durmamos tarde y, al tener que madrugar, no podamos descansar las horas adecuadas. Por ello, hay que hacer frente a esta situación para recuperar la energía gastada durante el día. En estos casos, es aconsejable ir a dormir a la misma hora, sin nada de luz, dejar los aparatos electrónicos fuera de nuestro alcance y no cenar alimentos demasiado copiosos.