TENDINITIS DEL TENDÓN DE AQUILES
La tendinitis del tendón de Aquiles es una de las afecciones que más experimentan aquellos atletas que realizan deportes relacionados con movimientos de aceleración, desaceleración y cambios de dirección.
Es una de las patologías que más afecta a los corredores, produciendo un dolor bastante incómodo en la zona de las pantorrillas.
Anatomía del tendón de Aquiles
El tendón de Aquiles o tendón calcáneo es un cordón fibroso que une a los músculos que lo componen con el hueso calcáneo (hueso del talón). Se encuentra en la parte posterior de la pierna.
Es el tendón con más grosor y potencia de todo el organismo, llegando a medir hasta 15 cm de longitud.
Lo conforma la unión de las estructuras de los tejidos musculares del plantar delgado y de aquellos que pertenecen al tríceps sural (conformado por el sóleo y los gastrocnemios).
Su principal función es la de la flexión plantar del tobillo, propulsando al cuerpo en la marcha al caminar, correr o saltar.
¿Qué es una tendinitis del tendón de Aquiles?
La tendinitis del tendón de Aquiles es una afección causada por la inflamación o irritación del tendón de Aquiles. Usualmente, es producida por el sobreesfuerzo de la región y puede resultar bastante dolorosa.
El tendón de Aquiles es uno de los más expuestos a sufrir esta patología debido a su ubicación y su amplia extensión. Se le atribuye casi toda la movilidad del tobillo, por lo que cualquier actividad que implique el impacto repetido del pie contra el suelo, si se hace incorrectamente, podría terminar en una lesión.
¿Qué síntomas produce la tendinitis del tendón de Aquiles?
La sintomatología de la tendinitis del tendón de Aquiles es bastante específica y se resume en:
- Dolor agudo en la zona de la pantorrilla.
- Pérdida de la amplitud de movimiento y de la flexibilidad.
- Dificultad para sostener el peso del cuerpo en una sola pierna.
- Dolor que empeora al intentar realizar movimientos con la articulación del tobillo.
- Inflamación.
- Dolor ante la palpación.
¿Cuáles son las causas de la tendinitis del tendón de Aquiles?
El tendón de Aquiles es bastante propenso a sufrir de afecciones como la tendinitis, debido a que está altamente comprometido con los movimientos efectuados durante la marcha. Algunas de los factores que con más frecuencia pueden desencadenar esta afección son:
- Mecánica anormal y problemas estructurales relacionados con una mala pisada.
- Dismetría de los miembros inferiores.
- Traumatismos directos en la pantorrilla.
- Técnica incorrecta al realizar ejercicios.
- Microtraumatismos repetitivos.
- No respetar los tiempos de descanso entre ejercicios.
- Sobrecarga muscular.
- Poca elasticidad del tejido.
- Enfermedades subyacentes como la diabetes o la artritis reumatoide.
Es necesario determinar cuál ha sido el origen de la tendinitis, ya que esto será lo que permitirá realizar un plan de tratamiento más efectivo y se prevendrá la reincidencia de esta afección en el futuro.
¿Cómo se diagnostica la tendinitis del tendón de Aquiles?
El diagnóstico se basa en un examen físico en el que se presionará la zona afectada para determinar si posee inflamación, si se presenta sensibilidad y dónde se encuentra el dolor.
Aunque eso suele ser suficiente, algunos especialistas complementan el diagnóstico con movilizaciones de la articulación del tobillo y estiramientos para observar si al realizar este tipo de esfuerzos existe un incremento del dolor.
Tratamiento para la tendinitis del tendón de Aquiles
Hay diferentes terapias que pueden ofrecerse a los pacientes para ayudar a disminuir el dolor y aumentar el rango de movilidad de manera progresiva. Las más recomendadas son:
- Aplicación de frío o calor, baños de contraste como preferencia.
- Uso de electroterapia.
- Estiramientos analíticos progresivos.
- Ejercicios isométricos y excéntricos.
- Terapia manual.
- Reeducación de la marcha.
- Entrenamiento propioceptivo.
Prescripción del uso de plantillas en caso de existir problemas relacionados con la pisada.
Si luego de varios meses la tendinitis no ha mejorado con el tratamiento conservador, es posible que se aconseje realizar otro tipo de pruebas como imágenes por resonancia magnética, ya que se podría estar presentando un caso de rotura fibrilar que requiera de intervención quirúrgica.
No obstante, la mayoría de los casos de tendinitis responden bastante bien al cuidado personal.
Posibles complicaciones
Si la tendinitis del tendón de Aquiles no se trata adecuadamente, puede empeorar y terminar causando una rotura fibrilar o desgarro muscular. Esta última afección es mucho más dolorosa y requiere de más cuidados para lograr una óptima recuperación. Cuando se presenta una rotura fibrilar es necesario mantenerla bajo vigilancia ya que si esta no mejora, podría terminar requiriendo de una cirugía reconstructiva del tendón de Aquiles.
En caso de que la tendinitis persista durante varias semanas, ya se estaría en presencia de una enfermedad conocida como «tendinosis». Esta es una patología en la que aparecen procesos degenerativos del tendón.
¿Qué deportistas son más propensos a presentar una tendinitis del tendón de Aquiles?
Todos los atletas pueden sufrir de una tendinitis del tendón de Aquiles en algún momento de sus vidas, debido al esfuerzo e impacto recurrente que recibe la articulación del tobillo. Los deportistas que tienen mayor probabilidad de desarrollar esta tendinopatía son:
- Beisbolistas
- Basquetbolistas
- Gimnastas
- Nadadores,
- Corredores
- Tenistas
No realizar los ejercicios con la técnica adecuada o tener problemas estructurales congénitos o adquiridos en las extremidades inferiores, son los principales factores que pueden desencadenar una tendinitis.
¿Cómo se puede prevenir?
Puedes tomar en cuenta las siguientes consideraciones para evitar el riesgo de sufrir de una tendinitis del tendón de Aquiles:
- Realiza un correcto precalentamiento antes comenzar con la rutina de ejercicios.
- Mantén el cuerpo lo suficientemente hidratado.
- Evita actividades que provoquen un esfuerzo excesivo de los tendones.
- Añade una rutina de ejercicios de estiramiento.
- Evita un estilo de vida sedentario.
- Mejora tu técnica en caso de ser necesario.
- Mantén una alimentación balanceada y rica en nutrientes.
- Usa plantillas ortopédicas si el especialista indicó que eran necesarias.
- Respeta los tiempos de descanso entre cada ejercicio.
Es importante aprender a escuchar al cuerpo y reconocer cuándo ya se necesita cesar el entrenamiento. Llevar los músculos al límite de manera constante termina causando esta y muchas más afecciones que pueden ser prevenidas.
Si tomas en cuenta todas estas recomendaciones, podrás mejorar tu rendimiento deportivo y evitar sufrir de síntomas dolorosos que te lleven a periodos de reposo indefinidos.