ENTRENAMIENTO, HIPERTENSIÓN Y LA MANIOBRA DE VALSALVA
Dr. José Rodrigo García
Universidad del Deporte
En un esfuerzo muscular agudo (intenso de corta duración), se suele contener la respiración en lugar de expulsar el aire. a esta técnica, que se le denomina “Maniobra de Valsalva”, se lleva a cabo prácticamente cada vez que se hace un esfuerzo; pero a pesar de que es la forma habitual en la que se realizan los ejercicios, tiene efectos negativos sobre la salud cardiovascular en personas con la tensión alta (TA).
¿Qué es la maniobra de Valsalva?
La maniobra de Valsalva es cualquier intento de exhalar aire con la glotis cerrada o con la boca y la nariz cerradas. Se conoce también como test de Valsalva o método de Valsalva. La intención inicial del Dr. Valsalva era crear una forma de expulsar el pus del oído medio.
El intento de forzar la exhalación de aire, propio de la maniobra de Valsalva, (ya sea realizado con la glotis cerrada, o con la glotis abierta, pero con la boca y nariz cerradas), tiene como resultado un notable aumento de la presión dentro del espacio interior de las vías respiratorias y espacios conectados con ellas, tales como las trompas de Eustaquio y el oído medio. Para contrarrestarlo debe taparse la nariz e inhalar aire, despacio tranquilamente. La maniobra de Valsalva se usa como técnica de igualación de presiones en la práctica del buceo y algunos deportes, para evitar barotraumas y molestias en el interior de sus oídos cuando varía la presión externa.
Para aplicar presión en las trompas de Eustaquio (tuba auditiva), lo más común es cerrar la nariz con los dedos, cerrar la boca e intentar exhalar con fuerza. Esta técnica funciona al aumentar la presión en la garganta, de forma que una pequeña cantidad de aire se mueve hacia los oídos a través de las trompas de Eustaquio, que conectan ambas zonas. Además, se aumenta la presión intratorácica.
Al exhalar, si tenemos la glotis cerrada, se incrementa la presión dentro del tórax (presión intratorácica) de tal forma que la circulación venosa se ve superada y se colapsa. Esto produce una disminución del retorno venoso y el gasto cardiaco que da lugar a un descenso momentáneo de la presión arterial. Dicha disminución de la presión arterial es detectada por unas terminaciones nerviosas llamadas barorreceptores, que elevan la frecuencia cardiaca, aumentan la fuerza de contracción del corazón y la vasoconstricción de los vasos periféricos lo que contribuye al aumento del gasto cardiaco y recuperación de la presión arterial.
Al terminar la maniobra y abrir la glotis, expulsando el aire, la presión dentro del tórax recobra la normalidad, invirtiéndose el proceso descrito. De esa manera, vuelve la presión a los valores normales.
La maniobra de Valsalva puede ocurrir, incluso involuntariamente:
· Al toser
· Cuando estornudamos
· Al inflar un globo
· Al realizar esfuerzos con resistencias
· Al defecar
Esta maniobra se empleó inicialmente para sacar cuerpos extraños desde el oído y para tratar la hipoacusia. Actualmente, su utilidad es variada. En medicina, por ejemplo, puede tener función diagnóstica o apoyar las acciones de esfuerzo o pujo en un parto, entre otras.
¿Por qué hay que evitarla durante el entrenamiento?
La maniobra de Valsalva es un acto instintivo que ocurre cuando realizamos el entrenamiento de fuerza. Al realizar ejercicios estáticos, donde se realiza una fuerte contracción isométrica, puede ser difícil controlarla. También es probable que se realice involuntariamente como apoyo a ejercicios de levantamientos con cargas pesadas, ya que la tensión de los músculos del abdomen, el diafragma y músculos respiratorios puede ofrecer un mayor soporte a la espalda.
Las personas que defienden y/o utilizan esta maniobra, buscan tener un apoyo en esas tensiones para disminuir la carga axial que tienen que soportar los discos intervertebrales. Sin embargo, ese efecto protector no tendría justificación al mover pesos en posiciones que no comprometen a la espalda, como en el caso del press de banca o fuerza en banca.
La maniobra de Valsalva no parece generar mayor fuerza, ni parece que sea beneficiosa la mayor rigidez que se produce en el tórax para mover más peso. Tampoco hay indicios que favorezca la estabilidad de la columna vertebral cuando se realizan levantamientos pesados. Por esta razón, es importante evitarla si se quiere seguir un modelo de entrenamiento saludable.
¿Cómo debe ser la respiración durante el ejercicio?
En ejercicios isométricos o estáticos (cuando no hay movimiento o desplazamiento), se puede recomendar respirar de forma entrecortada, en lugar de contener la respiración completamente. En los ejercicios de fuerza dinámicos (en donde el peso se desplaza) se suele aconsejar expulsar el aire al finalizar de levantar el peso (fase concéntrica o positiva) e inspirar al bajarlo (fase excéntrica o negativa). Sin embargo, para generar una mayor estabilidad de la columna vertebral no se debería establecer ninguna pauta de respiración, ya que ésta debería sucederse de forma continuada, lo que contribuiría a la adecuada activación de la musculatura abdominal encargada de la estabilidad de la columna vertebral, en especial en la región lumbar.
La presión intraabdominal no se genera necesariamente por la maniobra de Valsalva, aunque muchos deportistas de alta competición la empleen. Los músculos abdominales y el diafragma se contraen de forma refleja, aun respirando, pero sin elevar la presión dentro del tórax. Por tanto, lo ideal sería respirar con normalidad al realizar los diferentes ejercicios de fuerza, además de ejecutarlos con movimientos amplios y rítmicos.
¿Se debe evitar la maniobra de Valsalva?
La maniobra de Valsava sí debería evitarse cuando se pretende realizar ejercicio de fuerza con cargas muy elevadas como prevención de una elevación mayor de la tensión arterial propia del esfuerzo. Las condiciones del entrenamiento de fuerza que conducen a una respuesta hipertensiva elevada, sobre todo en principiantes, son las siguientes:
· El ejercicio isométrico
· El ejercicio dinámico de contra resistencia con cargas elevadas
· La activación refleja que origina la maniobra de Valsalva
El esfuerzo isométrico eleva la presión arterial por causa de la compresión que ejerce la tensión de los músculos sobre su propia circulación. Esta aumenta en función del grado de tensión y, cuando la intensidad del esfuerzo está por encima del 70% de la fuerza máxima voluntaria, la circulación en el músculo activo es prácticamente nula. Por efecto de esta compresión, aumenta el retorno venoso, la frecuencia cardiaca y la fuerza de contracción del corazón, y todo ello ocasiona un incremento de la presión arterial.
El ejercicio estático no produce un efecto sobre la musculatura que sea relevante para la condición física general ni es tan efectivo para aumentar su fuerza o su volumen. Las mejoras musculares se limitan a la posición articular entrenada, no a todo el recorrido de la articulación.
Asimismo, la influencia sobre la tensión arterial de la maniobra de Valsalva se debe a que potencia por efecto reflejo la elevación de la tensión propia del esfuerzo isométrico máximo, es decir, cuando tratamos de mover una carga que excede a nuestras posibilidades.
También al realizar ejercicios de fuerza dinámicos con cargas muy pesadas se pueden producir breves instantes de isometría. Al entrenar con un peso excesivo y realizar series hasta el fallo concéntrico, se posibilita que durante su ejecución se recurra a la maniobra de Valsalva y se realicen esfuerzos isométricos. Esta situación deben evitarla aquellas personas que presenten riesgo cardiovascular.
¿Cuál es la forma correcta de ejercitarse?
Las recomendaciones del Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM) para la realización adecuada de los ejercicios de fuerza son las siguientes:
· Realizar ejercicios de fuerza dinámicos con pesos que permitan realizar entre 8 y 12 repeticiones.
· No se debe alcanzar la fatiga completa, es decir, se han de realizar las series sin llegar al fallo muscular.
· Se recomienda evitar la aparición de la maniobra de Valsalva en adultos aparentemente sanos.
· Para principiantes las intensidades de entrenamiento deben estar entre el 60% y el 70% del peso máximo posible en una sola repetición (1RM).
· Para los sujetos avanzados se aconseja trabajar hasta el 80-85% de 1RM.
· Aquellas personas muy desentrenadas o con debilidad muscular deberían iniciarse con cargas del 40-50% de 1RM.
· Los adultos mayores deben trabajar la fuerza con una carga situada entre el 20% y el 50% de 1RM.
Entrenamiento de fuerza en hipertensos
Las personas con riesgo de desarrollar hipertensión, sean hipertensas o padezcan alguna enfermedad cardiaca, deben evitar la maniobra de Valsalva en sus entrenamientos de fuerza. Hay que evitar en la medida de lo posible los ejercicios isométricos, pero dentro de un programa de entrenamiento en el que también se incluyan ejercicios cardiovasculares, estos ejercicios son beneficiosos. El ejercicio estático se tolera bien cuando es de baja o moderada intensidad en especial para trabajar adecuadamente el abdomen o la espalda.
El ACSM no recomienda ejercicios de contra resistencias en hipertensos. Los entrenamientos de fuerza en circuitos son los únicos ejercicios con cargas que se muestran eficaces para reducir la hipertensión. Además, es conveniente que las personas con la tensión alta eviten los ejercicios que se realizan tan solo con los brazos y que mejor elijan otros en los que participen también las piernas. Las mejores garantías para la salud cardiovascular se logran combinando ejercicios aeróbicos con trabajos de fuerza apropiados a la edad y condición física.
Antonio Maria Valsalva
Fue un médico italiano nacido en el siglo XVII, que describió y dio nombre a una maniobra que consiste en expulsar el aire forzadamente (espirar), pero tapando la nariz y cerrando la boca, al tiempo que se cierra la glotis. Estas acciones aumentan la presión en las trompas de Eustaquio, y si las trompas están permeables, el aire entra con fuerza en el oído medio. Esta maniobra respiratoria también determina una serie de mecanismos musculares y cardiovasculares que tienen su importancia cuando ocurren durante un entrenamiento de fuerza.
· Celis, Gregory. «Maniobra de Valsalva: Respiración al hacer deporte»
· Felker GM, Cuculich PS, Gheorghiade M. The Valsalva maneuver: A bedside ”biomarker” for heart failure. Am J Med 2006.
· Bernaldi L, Saviolo R, Spodick DH. Do hemodynamic responses to the Valsalva maneuver reflect myocardial dysfunction? Chest 1989.
· Givertz MM, Slawsky MT, Moraes DL et al. Noninvasive determination of pulmonary artery wedge pressure in patients with chronic heart failure. Am J Cardiol 2001.