LA OBESIDAD DIFICULTA EL DIAGNÓSTICO Y EL TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD CARDÍACA
Por Dr. José Rodrigo García
Tener sobrepeso afecta la salud cardíaca de más formas que las que se podrían imaginar. Un nuevo artículo de revisión de la Revista del Colegio Americano de Cardiología de la Clínica Mayo, describe cómo la obesidad afecta las pruebas comunes que se usan para diagnosticar la enfermedad cardíaca e impacta en los tratamientos. La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte a nivel mundial; sin embargo, es mayormente evitable.
“El exceso de grasa actúa como una clase de filtro y puede sesgar las lecturas de las pruebas de forma tal que genera un subdiagnóstico o un sobrediagnóstico”, afirma el Dr. Francisco López Jiménez, director de cardiología preventiva de la Clínica Mayo. “La obesidad afecta prácticamente todas las pruebas diagnósticas que se usan en cardiología, tales como electrocardiogramas, tomografías computarizadas, imágenes por resonancia magnética, ecocardiogramas, etc.”.
Las intervenciones procedimentales como la colocación de stents en las piernas o la cirugía cardíaca pueden ser más difíciles de realizar en pacientes con obesidad significativa y pueden conllevar más complicaciones, como un mayor riesgo de infección en la zona de la herida.
Es posible que los tratamientos farmacológicos comunes para la enfermedad cardiovascular deban restringirse en pacientes con obesidad, ya que algunos medicamentos, como los betabloqueadores, pueden afectar la capacidad que tienen para bajar de peso, y el Dr. López Jiménez destaca la importancia de empezar siempre por el ejercicio físico con el fin de ayudarles a controlar el exceso.
Las recomendaciones para bajar de peso pueden ser difíciles de seguir porque a los pacientes con enfermedades cardíacas les cuesta más moverse y tienen síntomas como la falta de aire al ejercitar. Estos síntomas con frecuencia desmotivan a los pacientes para hacer actividad física, pero menciona que el ejercicio es importante, no solo para bajar de peso, sino para la salud cardíaca en general.
La obesidad es un factor de riesgo importante para abordar en pacientes con enfermedad cardíaca, y los médicos debemos hacer algo al respecto dice el Dr. López Jiménez; sin embargo, hay que ponerlos en manos de especialistas en ejercicio físico y no solo enviarlos a caminar o a un gimnasio, donde la mayoría de las veces la falta de capacidad de los supuestos “profesionales”, puede resultar contraproducente. Los mismos médicos carecen de conocimientos sobre el tipo de actividad física adecuada a cada caso, y es por ello que se debería recurrir a otros profesionales de la salud.
“El paciente necesita saber que su médico puede ayudarle a bajar de peso, pero la solución quirúrgica no siempre es la adecuada. La obesidad es una enfermedad multifactorial y como tal debe ser tratada. Además del médico responsable, el equipo debería estar conformado por un nutriólogo, psicólogo, fisioterapeuta y desde luego un acondicionador físico con amplia experiencia y conocimientos científicos,
Si esto no es suficiente, el Dr. López Jiménez sostiene que hay otros recursos como la cirugía bariátrica y medicamentos, que son eficaces a la hora de ayudar a los pacientes a bajar de peso, pero esto debería ser la última alternativa.
Es importante definir con precisión el nivel de obesidad de una persona. El índice de masa corporal (una medida de la grasa corporal que considera la estatura y el peso) se ha usado por mucho tiempo para definir la gravedad de la obesidad. Pero las personas con cantidad significativa de músculo tienen un índice de masa corporal alto. Las personas con poca masa muscular y más grasa en el área de la cintura podrían registrar un índice de masa corporal bajo, pero tener obesidad con peso normal. Las mediciones tales como el índice cintura-cadera y la circunferencia de la cintura proporcionan una evaluación, pero el grado de error puede ser muy alto. Lo ideal sería recurrir al peso hidrostático o al TAC, pero resultan difíciles de realizar y costosos; por tal motivo lo más recomendable sería la electroimpedancia y pliometría (desde luego bien realizadas).
Desde luego lo ideal sería la prevención y no buscar remedios, cuando en muchas ocasiones resultan desde muy difíciles hasta imposibles. Sin embrago, un factor primordial en la ecuación es la participación de los entrenadores o acondicionadores físicos; desafortunadamente una inmensa mayoría no tiene los conocimientos para diseñar programas específicos para personas obesas con problemas cardiacos.