¿SERÁ MÉXICO UNA POTENCIA MUNDIAL DEL DEPORTE ALGÚN DÍA?
Por José Rodrigo García
Director de la Universidad del Deporte
Hoy en día, en el deporte de alto rendimiento, cuando la diferencia entre ganar o perder puede estar determinada por una fracción de segundo, al margen de la genética y el poder de la mente, es imperioso contar con una excelente preparación física, que solo se consigue cuando se emplean los métodos científicos más actualizados, para diseñar los programas de entrenamiento más eficaces en cada caso.
Siempre se ha dicho que la mente es más poderosa que el cuerpo, y es un hecho que más de una vez se han visto atletas con una capacidad inferior evidente venciendo a oponentes superiores.
El poder de la mente o el trabajo psicológico juegan un papel muy importante; pero en realidad, ¿Cuántas veces sucede esto? ¿Cuántas veces los débiles les ganan a los fuertes? La disputa de las medallas está entre los competidores de similares características; que son siempre los mejores, y rara vez alguien que no esté a ese nivel consigue el triunfo.
Los grandes campeones; los que imponen los récords lo saben bien. Hay que alcanzar la mejor forma posible para ganar y no esperar a que los demás fallen o tener un momento de suerte o inspiración.
Cada 4 años, (5 en este caso), como cuando en este 2021 se realicen los Juegos Olímpicos en Tokio, uno no puede evitar preguntarse ¿Por qué México está tan lejos de las grandes potencias del deporte a nivel internacional?
Cada quien tendrá su propia explicación o justificación, y desde luego habrá quien piense, que, “Lo importante no es ganar, sino competir”; por cierto, frase atribuida a Pierre Fredy Barón de Cubertain, creador del movimiento olímpico moderno; que, sin embargo, fue pronunciada por monseñor Ethelbert Talbot, obispo de Pensilvania, en una homilía ofrecida en la Catedral de San Pablo, en Londres, durante los Juegos Olímpicos celebrados en esa ciudad en 1908 y de donde el recientemente creado Comité Olímpico adoptó como slogan.
El deporte se puede concebir desde 2 perspectivas diferentes: como una actividad lúdica-recreativa, que sin duda puede contribuir al mejoramiento de los sistemas orgánicos y la salud, y el deporte competitivo que incluye desde luego al alto rendimiento. Obviamente, desde la segunda, el deporte no se puede entender sin tener como objetivo principal el triunfo.
En México, el número de personas que practican deporte de alto rendimiento se reduce a cantidades mínimas, si se compara con los más de 128 millones de habitantes de todo país, y los resultados deportivos son prácticamente producto del esfuerzo individual, o el de las familias de los atletas y no de un Sistema Nacional Deportivo bien estructurado y manejado.
Los logros deportivos, en las 22 ocasiones en las que México ha participado en los Juegos Olímpicos, se reducen a 69 medallas, de las cuales: 13 son de oro, 24 de plata y 32 de bronce; de estas, solo 3 se han obtenido en deportes de conjunto (2 en 1936, basquetbol y polo), y 1 en futbol en Londres 2012. Solo como ejemplo, ningún equipo mexicano de ninguna especialidad, calificó a los Juegos Olímpicos de Beijín, China en 2008.
Además de muchos otros, los mayores problemas del deporte mexicano son:
Falta de programas de activación física y concientización a nivel escolar.
Falta de participación masiva de la ciudadanía en actividades deportivas, entre otras cosas por falta de programas deportivos bien estructurados.
Falta de motivación de niños y jóvenes por la escasez de resultados y figuras públicas o campeones a quienes seguir o imitar.
Falta de capacidad de los entrenadores deportivos a todos los niveles.
Falta de especialización y utilización de la tecnología en el deporte, especialmente de alto rendimiento.
Esto tiene como consecuencia un círculo vicioso, que mantiene sumido al deporte mexicano en una terrible mediocridad, que contribuye, además, a la prevalencia de enfermedades como la obesidad o la diabetes, y a uno de los índices de productividad más bajos de todo el mundo.
Veamos los resultados que pueden ofrecer nuestros atletas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que están por comenzar, y si finalmente, como se espera desde hace tanto tiempo, México da el salto para convertirse en una potencia mundial.